(Mi primera Semana Santa como Hermano)
Empezando por el principio… todo comenzó conociendo al Seise del paso en nuestro local una tarde de lluvia. Una vez formalizados mis trámites en secretaría comenzó la vida de hermano dentro de nuestra Hermandad y, como no puede ser de otra manera, se acerca la primera reunión del paso y la última antes de la Semana Santa.
La Semana Santa comienza muy bien, todos los hermanos entramos en la carpa ubicada en la Plaza de las Palomas para comenzar la procesión del Lunes Santo, nuestro Seise nos recibe, habla con todos y empieza a crearse la magia de la Hermandad. Todos somos iguales.
Quedan apenas veinte minutos para que empiece la procesión y empezamos a colocarnos alrededor del paso para que si todo está bien, poder alzarlo, y así ocurrió, alzamos el trono y nos fuimos a la puerta de la carpa, aún recuerdo las palabras del Seise antes de salir “ Hermanos, vamos todos a una, como vosotros sabéis, ponemos capillos” y con los dos toques de llamada y el toque de marcha acompañados de la banda empezamos a andar, todo estaba lleno de gente haciendo una especie de pasillo por el que avanzamos nosotros. Fue una buena procesión y así nos lo transmitió el Seise a la vez que nos abrazó uno a uno cuando terminamos en el mismo lugar de inicio. Me quedé prendado de cómo se ve la catedral, nuestra catedral cuando llegamos pujando y la gente continuaba haciendo un pasillo.
Llega el Jueves Santo y lo primero que hago es colocar la túnica encima de la cama preparada para la tarde e irme a desayunar con mis hermanos, todos juntos, como una gran Hermandad. Me gustó mucho porque hablé con todos y fui cogiendo confianza con mis hermanos, nunca había tomado limonada y oreja con morro para desayunar y me parecía raro. Ahora espero repetirlo cada año con la misma gente y ver cómo aumentamos en número. Por desgracia “que ya se preveía lluvia” llovía y lo hacía con mucha fuerza por lo que la primera vez que pujase con mis hermanos del paso Unción en Betania no íbamos a poder hacerlo en las calles. Llegó la comunicación oficial de la suspensión de la procesión, fue toda una desilusión, pero anuncian que habrá un acto dentro del Museo Diocesano de la Semana Santa de León. Vivir el momento en que todos los tronos se levantan, acompañados de las diferentes formaciones musicales que acompañaron a la Hermandad, los laterales llenos de gente que no paraban de llegar… fue un momento muy muy muy especial que lo recuerdo con un gran cariño y una sonrisa en la cara.
Terminado el acto toca desmontar y todos aquellos que nos pudimos quedarnos ayudamos a recoger, me extraordinario el trato entre todos, ya que sin saber muy bien cómo hacer las cosas me sentí uno más del grupo.
Espero con ansia esta nueva Semana Santa, ya que he participado en los actos durante el año y sigo teniendo el mismo sentimiento hacia la Hermandad Sacramental de Santa Marta y la Sagrada Cena.