martes, 13 de mayo de 2025

MÁS ALLÁ DE LA SEMANA SANTA




Fotografía: Carlos Couso Ordóñez


(AQUÍ SE VIENE A MONTAR…PERO TAMBIÉN A VIVIR)


Mi visión de la Hermandad tiene que ver con crear grupos, con tener a gente conectada, con convivir, con crear momentos, con compartir tiempo con tus hermanos. Yo siempre he visto el mundo cofrade rodeada. Primero de mi familia, la que me introdujo en esta pequeña locura de la Semana Santa. Seguidamente de mis Alabarderos, de mi Banda de La Cena, quienes unidos todos por un León rampante, vivíamos desde septiembre hasta finalizado el Corpus una temporada repleta de vivencias. También de todos esos amigos, con los que comparto mi afición, y con los que puedo hablar de tronos, de imágenes, de extraordinarias y de marchas nuevas en pleno día caluroso de agosto. Por todas esas cosas, yo echaba de menos un grupo en mi querida Hermandad.


Cuando me confirmaron que, al fin, se iba a crear un grupo de montaje en la Hermandad no me lo podía creer. Días y días siendo pesada con bastantes Hermanos sobre todos los aspectos positivos que acarrea tener un grupo de montaje. Puede ser por mi pasado como música de la Cena, pero yo no concibo una Semana Santa de solo 10 días. Mi afán por la creación de este grupo también puede deberse a que soy ingeniera, y otra cosa no, pero tozudos y persistentes, somos un rato. 

Mueve tronos, cambia luces, cambia suelos, pinta esto, limpia lo otro…cómo lo necesitaba! Os puede parecer una nimiedad, pero en esos sábados madrugando, tomando un café medio dormidos de camino al Mercado de Ganados (si, León, año 2025, y todavía ningún estamento público tiene un sitio acorde para guardar los tronos de nuestra más sagrada tradición) se hacía Hermandad. 

Ver cómo se pueden modificar cosas, arreglar lo que no estaba bien entre nosotros, utilizar la sabiduría de cada uno, aportando ideas, que igual no se llegan nunca a ejecutar, pero proponiéndolas. Y es que vivimos en una época en la que necesitamos estar conectados. Los cofrades no podemos estar parados de Domingo de Resurrección a Miércoles de Ceniza. Se necesita esa interacción, ese saber el nombre de gente que llevas viendo años y años el lunes y jueves santo, pero con los que nunca habías hablado. 

Animo a todos los Hermanos que quieran vivir nuestra locura durante todo el año a que se unan a este grupo. Y por cierto, jefes de montaje, ¿y la cena para cuando?



Raquel de Prado Fernández

viernes, 2 de mayo de 2025

HISTORIA DE UN PAPÓN







Fotografía: Alberto Duque Vicente


(CAMINANDO HACIA UN FUTURO INCIERTO)


Mi historia cofrade, comenzó muy probablemente, un 10 de Septiembre de 1983 (apenas 10 días después de mi nacimiento) en un pequeño pueblo de la Diócesis de Astorga, situado en el corazón de la comarca de la Cepeda, llamado Fontoria. Ese día, como cada segundo domingo de Septiembre, se celebraba en él, la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, allí conocida como el ‘Día del Bendito Cristo’. Allí, en mi pueblo paterno, tanto mi padre como mi abuelo, pujaban el Cristo en su día, y también el Cristo, San Juanico y/o La Dolorosa (hasta hace unos años todavía la pujaban hombres) cada Jueves Santo en la procesión del Encuentro. Quizá fue allí donde se coció mi semilla cofrade, que se mantiene hasta nuestros días y, espero, se mantenga hasta la eternidad, pues el corazón de un papón no muere nunca. 

Y, es que mis dos pueblos, paterno y materno, Fontoria de Cepeda y Felechares de la Valdería, están, curiosa e íntimamente unidos, por un elemento común, la Santa Cruz. Mientras en mi pueblo materno se celebra la Cruz de Mayo, allí conocido como ‘el Día de Santa Elena’ cada primer Domingo de Mayo, en mi pueblo paterno se celebra la Cruz de Septiembre, allí conocido como ‘el Día del Bendito Cristo’. Y, es que como no podía ser de otra manera, el Bendito Cristo y Santa Elena están unidos por la Santa Cruz (quien la portó y quien la encontró, ya de todos sabido) y en mis pueblos ambas imágenes, como no, tienen una historia común, que en ambos casos data de hace más de dos siglos. Al igual que, la imagen de Santa Elena y su Ermita, que procedía del desaparecido pueblo de Tabarilla, fueron disputadas por mi pueblo, Felechares y el contiguo de Pobladura y ganada por mi pueblo por dos galochas, quedándose mi pueblo con la imagen y la tradición, el Bendito Cristo del desaparecido pueblo de Perales, fue disputado por mi pueblo Fontoria y el contiguo Otero y la imagen transportada por una yunta de bueyes decidió en esta ocasión, que como en el caso anterior, la fortuna cayera del lado de mi pueblo y el Cristo y la tradición, acabara en Fontoria. Pero eso no es todo, mientras en mi pueblo, cada Jueves Santo se celebra ‘el Encuentro de Pasión’ donde San Juanico sale corriendo en busca de la Dolorosa para llevarla a encontrarse con el Nazareno en la plaza del pueblo, mi pueblo materno hace lo propio el Domingo de Resurrección, realizando el Encuentro de Resurrección donde La Soledad, se encuentra con el Resucitado, allí representado en un niño de la bola, y la Virgen cambia su manto negro de tristeza y soledad por el blanco de Gloria y alegría. Dicho esto no es difícil entender mi ilusión y pasión por la Semana Santa. 

Aunque me gustó desde niño, y siempre me empapaba de las procesiones y tradiciones de mis dos pueblos y me gustaba ver las procesiones en Astorga, donde residía en aquel entonces, no fue hasta el año 1992 cuando empezó mi implicación cofrade y pasé de ser sólo papón (allí conocido como paparrón) de acera a, ser también, papón de calle debutando en la Banda Infantil de Cornetas y tambores de la Cofradía de la Santa Veracruz y Confalón de Astorga donde tocaba el bombo. Después de varios años formando parte de la banda y una vez trasladado a vivir a León, debuté como bracero un Sábado Santo de 2007 portando ‘El Santo Cristo del Desenclavo en la Cruz y Piedad’ en la Cofradía homónima donde hice muchos amigos y desde entonces comenzó ese gusanillo, donde años después, en 2012 añadí a mi abanico cofrade la cofradía del Sacramentado, de la que años después, concretamente en 2018, me borraría para formalizar mi fichaje por esta ‘Hermandad de Santa Marta y de la Sagrada Cena’ y que perdura hasta hoy. Desenclavo y Santa Marta han sido mis cofradías desde entonces hasta que en el año 2022 me apunte a una nueva cofradía, en este caso de ánimas, conocida como el Santo Malvar. Y, para terminar (hasta el momento) en el año 2023, una vez hecho mi traslado como ferroviario a León, me apunte junto a mi padre (también ferroviario jubilado) y merced a una promesa hecha al Santo Cristo del perdón, a la Cofradía del mismo nombre. A mayores de eso, cada Domingo de Ramos soy bracero del Paso de la Borriquilla y he participado en algunas ocasiones apoyando a otras cofradías en sus procesiones y también en las de mis pueblos y en Astorga en la Procesión del Santo Entierro.

Pero creo que, sin duda alguna, mi culmen cofrade y paponil, fue sin duda alguna cuando llegue a esta Hermandad Sacramental de Santa Marta. Con mi hermana como manola y, con multitud de amigos, desde hacía años intentando ficharme para la misma, al final caí, gracias a la acción de un buen amigo, cumplimentando mi hoja de inscripción de hermano en un conocido, y ya desaparecido, Kiosko de la calle Independencia. Desde el primer momento, me sentí como en casa, orgulloso de pertenecer a una hermandad tan antigua como histórica, la más nueva de las antiguas y la más antigua de las nuevas, por ello y, a pesar de la lluvia y algún otro infortunio y de que el Jueves Santo es un día a tope para mí, he intentado implicarme, con fe e ilusión, en las actividades de la hermandad y en su Grupo Joven lo mejor posible, lo mismo que la cofradía y los que en ella están, se han implicado siempre conmigo.

Dicho esto, quiero incidir en la importancia de implicarse en las hermandades y cofradías cada día del año, ya que la Semana Santa, aquí en León, además de una tradición, es un sentimiento que para muchos, como este que escribe, pasa y/o debería seguir pasando, de padres a hijos, de abuelos a nietos, de tíos a sobrinos etc. Si queremos que nuestra Semana Santa siga sobreviviendo a los avatares de la actualidad, del mundo en que vivimos, de una ciudad cada vez más longeva y carente de gente joven y por ende con pasos cada vez más vacíos de hombros y hermanos que los porten, debemos incidir en esta cuestión y movernos, pero no sólo un día al año, el día de la Festividad de la Cofradía o el día de la procesión y/o reunión de braceros, donde cada vez es más frecuente y tratada y comentada esta cuestión, sino que tenemos que saber llevar y transmitir este sentimiento cada día del año en nuestra vida y en nuestros ambientes. Sólo así podremos tener cada año una ‘Semana Santa Viva’, con unos pasos llenos y unas cofradías orgullosas, sólo así podremos crear una generación de jóvenes a la cual podremos legar, lo que nuestros padres y abuelos un día nos legaron a nosotros. Sólo así podremos poner la Luz de Cristo Resucitado a una Semana Santa cada vez más envejecida y con un futuro, a mi modo de ver (y no soy el único) tan incierto como el que tenemos ahora.

Fernando Valderrey López

jueves, 10 de abril de 2025

TODOS DEBERIAMOS SOÑAR




    Fotografía: Jaime Amigo Villamediana



(TODO SUEÑO SE CUMPLE SI LO ANSIAS DE VERDAD)


Una jornada del mes de Marzo, me disponía a buscar un refugio. Algún sitio donde reposar mi cuerpo y dejar evadir mi mente de tanta saturación de información innecesaria. Un miércoles normal para el resto del mundo pero para mí, miércoles de ceniza.

Aún están los rescoldos de un martes de carnaval  luchando con doña cuaresma por sobrevivir más tiempo. Como iba diciendo, era un miércoles frío. En la ciudad hay varios lugares donde recibir la ceniza como marca la tradición, parroquias, conventos, sedes de las Cofradías o Hermandades tienen  a su titular a culto. Todas ellas con un fin en común. Un día santo en el que cada cristiano debe hacer oración y ayuno, donde se marca un periodo de reflexión y arrepentimiento que dura hasta Semana Santa. 

Había estado visitando por la mañana a unos hermanos franciscanos  y tras haberle pedido  a mi compañero de viaje unas peticiones un poco complicadas me dispuse a continuar viaje. 

Desde pequeño, siempre quise estar en contacto con las imágenes de Víctor de los Ríos. Tuve la oportunidad de ir a la Sede donde los Pasos de Santa Marta están recogidos tan majestuosamente y alineados que cuentan una historia. Casa de Betania, Lavatorio, Unción de Betania y cómo no, la obra magistral de la ciudad de León desde hace setenta y cinco años. 

La Cena, con sus trece figuras. Tamaño superior al natural. Su composición, su estética, sus ropajes hebreos y su puesta en escena, hacen magistral esta obra. Sin palabras para describir este momento donde miradas de complicidad, hablan por sí solas. Es estar delante de un auténtico Altar donde sobra todo. 

Hacía frío fuera y el cansancio se apoderó de mi. Me senté en un lateral sin desprender mis ojos de tal escena. sentimiento indescriptible que solo sentimos los que conectamos con el momento.

Estando en un banco lateral, alguien se me acercó y me susurró al oído.

- Ve, acomódate junto a ellos. Seguro que te acogerán sin problema. No temas. Siempre hay lugar para uno más.

- Si pero , la gente que está siguiendo la celebración de la Eucaristía, no me dirá nada? 

- No. (Me contestó rotundamente ese hombre misterioso de mediana edad y que tenía un aire de señorito). Si te soy sincero, vengo desde hace mucho tiempo a visitarla, donde busco respuestas a mis preguntas.

- Yo no soy el indicado para hacerle comprender este significado y el cómo se realizó tal encargo de  la escena. Yo solo crecí viendo obras del escultor en cada rincón de la Península. Visitando estos lugares donde albergan estas imágenes tan reales, que hablan por sí solas. 

Me acerqué a la mesa donde aún faltaban esas viandas de la cena judía donde su maestro les reunía para celebrar la Pascua. ser uno más me parecía tan especial e intrigante a la vez que se oían murmullos de agitamiento en el cenáculo. 

¡Qué ocurre aquí, no era lo acordado... El Maestro está nervioso. Lleva todo el día diciéndonos que estemos unidos, que estemos alerta por los acontecimientos que van a ocurrir...

JESÚS: He deseado con gran anhelo compartir esta cena con vosotros, y por cierto será mi última reunión con vosotros. Hoy se cumple la escritura de que uno de vosotros me entregará.

JUAN: ¿quién es?  

Judas se levanta abrupto toma de su pan. (La sala está en penumbra. Solo el parpadeo de las lámparas de aceite ilumina los rostros tensos de los discípulos. Jesús ha hablado de traición, y un silencio pesado llena el ambiente. Judas evita la mirada del Maestro, pero sabe que sus palabras van dirigidas a él.)

JUDAS: Maestro… ¿por qué dices que alguien te entregará? Ninguno de nosotros haría tal cosa.

JESÚS: ¿De verdad, Judas? ¿Acaso tu corazón no tiembla con mis palabras?

JUDAS: No sé de qué hablas.

JESÚS: Tú lo sabes. Has tomado ya la decisión en tu corazón. El dinero arde en tus manos, pero tu alma está helada.

JUDAS: ¡No es cierto!

JESÚS: Uno de los que comen conmigo me traicionará. El que moja el pan conmigo en el plato.

(Judas siente que el aire se le corta. Su mano, que apenas ha tomado el pan, tiembla. Quiere sostener la mentira, pero la mirada de Jesús lo atraviesa.)

JUDAS: ¿Soy yo, Maestro?

JESÚS: Tú lo has dicho.

(Un instante eterno se desliza entre ellos. Judas siente que su máscara cae, que su traición está desnuda ante los ojos de Cristo. Pero no hay ira en su voz, solo tristeza.)

JUDAS: Si sabes lo que he de hacer… ¿por qué no me detienes?

JESÚS: Porque el amor no impone, solo espera.

(Judas aprieta los puños. Su destino ya está escrito, y sabe que no hay vuelta atrás.)

JESÚS: Lo que has de hacer, hazlo pronto.

JESÚS: Judas... ¿Por qué tu corazón está inquieto esta noche?

JUDAS: Maestro, no entiendo lo que dices. Estoy aquí como todos los demás.

Judas se levanta lentamente y sale del aposento. La puerta se cierra. Afuera, la noche es más oscura que nunca.

La Cena está servida

El Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: «Este mes será para vosotros el mes inicial, el primero de los meses del año. Decid, a toda la comunidad de Israel:

"El diez de este mes, conseguiréis cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia. Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal tened en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente.

Elegid un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito. Deberéis guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel.

Después tomaréis un poco de su sangre, y marcaréis con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. Y esa misma noche comeréis la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas.

Deberéis comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comeréis rápidamente: es la Pascua del Señor.

Esa noche, yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.

La sangre os servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. 

Al verla, Yo pasaré de largo, y así ustedes se librarán del golpe del Exterminador, cuando Yo castigue al país de Egipto.

 Este será para vosotros, un día memorable y deberán solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebraréis a lo largo de las generaciones como una institución perpetua."»

Un gran silencio se apoderó de la sala. Miradas entre los apóstoles. Estos no entendían como uno de los doce se marchaba del cenáculo sin acabar de cenar. Les había abandonado. 

Yo, viendo esa escena recordé la lectura del Exodo. Lo que leemos en las lecturas del Jueves Santo. Me fijé en las hierbas amargas, pan sin fermentar, menorahs, vino y pasta hecha a base  de manzanas, nueces y miel llamada "jaroset" y el cordero pascual. donde Cristo se inmolaba como cordero llevado al matadero.

Todo encajaba como unas piezas del rompecabezas. El cenáculo creado por el escultor Víctor de los Ríos, tiene todo su rigor histórico. Qué bien documentado está todo. Ahora entiendo esos movimientos tan retorcidos y exagerados de los apóstoles, en esos tricliniums.

Y ver esta escena en primera persona encoge más aún el corazón. 

Giré mi cabeza y vi a la gente que estaba esa tarde noche en la Eucaristía.

Yo me sentía como un ente de aire del que nadie me veía pero estaba ahí.

Me dirigí a preguntarle al hombre que me susurró al oído, que estaba ocurriendo y el porqué la gente no me veía. 

- Has conectado con la escena. Es justo lo que ocurre cuando te quedas mirando fijamente a las personas que rodean la mesa. Esos apóstoles tienen alma. Están escogidos desde los que posaron para realizarse. Gente de la época, personalidades de la cultura y política. Todo un acontecimiento. 

-Usted, ¿vivió esos momentos?. Me dijo hace un rato, que venía aquí cada día para encontrar respuestas. 

-Mira Pedro, un día vine  y me quedé dormido mirando a mi gente. En ese sueño me encontraba en mi taller de Madrid, con unas maderas...

Madera: —¿Por qué me golpeas con tanta insistencia?

Escultor: —No te golpeo, te libero. Dentro de ti hay una forma esperando nacer.

Madera: —Pero yo ya soy algo… Un trozo fuerte, firme, con años de historia en mis vetas.

Escultor: —Precisamente por eso. Dentro de ti hay algo aún más hermoso.

Madera: —¿Y si prefiero quedarme así?

Escultor: —Si te quedas así, solo serás un pedazo de madera. Si confías en mí, te convertirás en arte.

Madera: —¿Y si duele demasiado?

Escultor: —Toda transformación duele. Pero cuando termines, serás admirada, tocada con ternura, apreciada por generaciones.

Victor observó la tabla de madera con ojos llenos de ideas. Era un simple rectángulo, áspero y sin forma, pero en su mente ya veía la figura oculta dentro de la madera, esperando ser liberada.

Tomó sus herramientas con la precisión de quien conoce su oficio. Primero, el cincel y el mazo comenzaron a arrancar lo innecesario, dejando al descubierto las primeras líneas de su visión. Cada golpe resonaba en el taller como un diálogo entre el hombre y el material, una conversación silenciosa donde la madera respondía con astillas y virutas que caían al suelo como restos de una antigua identidad que estaba desapareciendo.

Las horas pasaron y la tabla dejó de ser solo madera. Sus bordes rectos se curvaron, su superficie lisa adquirió textura, y poco a poco, la figura emergió. Era un rostro, sereno y contemplativo, con surcos finos que narraban una historia sin palabras.

Cuando el escultor dio el último toque con la lija y pasó la mano sobre su obra, sonrió. La madera había cedido a su voluntad, pero al mismo tiempo, lo había guiado. Porque en cada veta y cada nudo, la tabla tenía su propia voz, y él solo había ayudado a que hablara.

¿Qué escondes dentro de ti?

Madera: (cruje levemente) Nada que no puedas descubrir con paciencia.

Escultor: Te veo fuerte, con vetas rebeldes. Será difícil trabajar contigo.

Madera: ¿Acaso crees que solo tú tienes voluntad? Yo también fui árbol, resistí vientos y lluvias. No me doblego fácilmente.

Escultor: No quiero doblegarte, quiero entenderte.

Madera: Entonces escucha mis líneas, mis nudos, mis imperfecciones. Si luchas contra mí, solo conseguirás astillas.

Escultor: (sonríe) De acuerdo, haré lo que dices. Juntos daremos forma a lo que aún no existe.

Madera: ¿Por qué me miras así?

Escultor: Porque sé que dentro de ti hay algo esperando nacer.

Madera: ¿Y qué te hace pensar que quiero cambiar?

Escultor: No es un cambio, es una revelación. No te transformaré en algo que no eres, solo te ayudaré a mostrar lo que llevas dentro.

Madera: ¿Y si no quiero? ¿Si prefiero quedarme así, con mis nudos, mis grietas y mi historia intacta?

Escultor: No borraré tu historia, la haré visible. Cada veta contará un tiempo que viviste, cada curva hablará de lo que fuiste. No es un fin, es otra forma de ser.

Madera: (suspira con un crujido) Está bien… pero prométeme que escucharás. No soy solo materia; tengo voz, tengo memoria.

Escultor: Lo prometo. No te esculpiré a mi voluntad, sino a la tuya.

La madera respondía con astillas y virutas que caían al suelo como restos de una antigua identidad que estaba desapareciendo.

Había tallado a Jesús de Nazareth dentro de un entorno de traición. Justo lo que nadie había tallado anteriormente. Hay que destacar e innovar. Eucaristías hay muchas, pero traiciones hacia alguien a quien amas, eso duele. Y, mucho.

Quería algo para León, algo que jamás se lo hubieran esperado. Algo novedoso y que creara comentarios, habladurías... Años más tarde haría otra similar pero clásica y compacta. 

Te extrañará pero yo soy Victor de los Ríos, y mi espíritu está cerca de mis obras. Por eso desde que me fui de este mundo, me quedé aquí en la Cena, la que enamora, la que recrea,...la que este año cumple setenta y cinco años.

- Don Víctor, me quedo sin palabras....

(En ese momento sentí un flash y sacudida de hombro).

- Barrientos... que te que quedaste dormido y están a punto de presentar el cartel de este año. Si es que no hay quien te deje solo. (me dijo Carlos Couso).

- Lo que os tengo que contar a Paula y a ti.

Al salir del lugar, había un hombre aún sentado en un lateral.

Me mira y me dice en bajito: “siempre que quieras acercarte a este lugar, busca en tu interior y me tendrás. Hasta la próxima amigo Pedro.


Pedro Jesús Mora Barrientos

lunes, 31 de marzo de 2025

UNIDOS POR LA TRADICION: UN ENCUENTRO QUE ILUMINA CORAZONES.





Fotografía: Carlos Couso Ordóñez      



(Más Allá de la Fe: Un Camino de Inclusión y Esperanza)




El pasado 11 de marzo de 2024, el Centro Julio del Campo Asprona de León se llenó de emoción y tradición al albergar las VI Jornadas sobre la Tradición y la Semana Santa, con la distinguida presencia de la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena como invitada de honor.


En esta jornada tan especial, las personas con discapacidad intelectual procedentes de Julio del Campo, Aulas Virgen del Camino, Centro San Nicolás de Bari de Quintana de Raneros y Transición a la Vida Adulta, compartieron momentos inolvidables junto a sus monitores, técnicos, y contando además con la cercana presencia del gerente y la presidenta de la entidad. Cada instante estuvo impregnado de un sentimiento de inclusión y cariño.

La jornada se enriqueció con una ponencia adaptada especialmente para este público tan valioso, impartida por varios hermanos de la Hermandad, quienes, con gran sensibilidad y empatía, abrieron la palabra para que los asistentes compartieran sus propias vivencias durante la Semana Santa leonesa. Fue conmovedor ver cómo estos jóvenes, verdaderos conocedores y partícipes de esta tradición —ya sea actuando activamente como papones o asistiendo con devoción— se sumergían en el profundo significado y en los detalles de una cultura tan bonita y longeva.

Las preguntas no se hicieron esperar. Con entusiasmo, se indagó sobre el número de hermanos que conforman la Hermandad, se exploraron las particularidades de las formaciones musicales que, con instrumentos tradicionales poco habituales, dan vida a la procesión, y se desvelaron detalles fascinantes del paso más imponente que recorre León: La Sagrada Cena.

Para concluir, es imprescindible expresar un sincero agradecimiento a todas las personas que hicieron posible esta jornada. En especial, a aquellos hermanos que ofrecieron una amena y cercana charla, abriendo puertas y corazones para que las personas con discapacidad intelectual se sintieran parte integral de esta celebración. Gracias a su esfuerzo, el interés y la atracción por nuestra Semana Santa han crecido, permitiendo que cada detalle de las procesiones sea percibido con mayor profundidad y que, poco a poco, nuestra tradición se vuelva aún más inclusiva y enriquecedora para todos.




Marceliano Juan Soto

viernes, 14 de marzo de 2025

"TODOS SOMOS IGUALES"


Fotografía: Carlos Couso Ordóñez


(Mi primera Semana Santa como Hermano)


Empezando por el principio… todo comenzó conociendo al Seise del paso en nuestro local una tarde de lluvia. Una vez formalizados mis trámites en secretaría comenzó la vida de hermano dentro de nuestra Hermandad y, como no puede ser de otra manera, se acerca la primera reunión del paso y la última antes de la Semana Santa. 

La Semana Santa comienza muy bien, todos los hermanos entramos en la carpa ubicada en la Plaza de las Palomas para comenzar la procesión del Lunes Santo, nuestro Seise nos recibe, habla con todos y empieza a crearse la magia de la Hermandad. Todos somos iguales. 

Quedan apenas veinte minutos para que empiece la procesión y empezamos a colocarnos alrededor del paso para que si todo está bien,  poder alzarlo, y así ocurrió, alzamos el trono y nos fuimos a la puerta de la carpa, aún recuerdo las palabras del Seise antes de salir “ Hermanos, vamos todos a una, como vosotros sabéis, ponemos capillos” y con los dos toques de llamada y el toque de marcha acompañados de la banda empezamos a andar, todo estaba lleno de gente haciendo una especie de pasillo por el que avanzamos nosotros. Fue una buena procesión y así nos lo transmitió el Seise a la vez que nos abrazó uno a uno cuando terminamos en el mismo lugar de inicio. Me quedé prendado de cómo se ve la catedral, nuestra catedral cuando llegamos pujando y la gente continuaba haciendo un pasillo.


Llega el Jueves Santo y lo primero que hago es colocar la túnica encima de la cama preparada para la tarde e irme a desayunar con mis hermanos, todos juntos, como una gran Hermandad. Me gustó mucho porque hablé con todos y fui cogiendo confianza con mis hermanos, nunca había tomado limonada y oreja con morro para desayunar y me parecía raro. Ahora espero repetirlo cada año con la misma gente y ver cómo aumentamos en número. Por desgracia “que ya se preveía lluvia” llovía y lo hacía con mucha fuerza por lo que la primera vez que pujase  con mis hermanos del paso Unción en Betania no íbamos a poder hacerlo en las calles. Llegó la comunicación oficial de la suspensión de la procesión, fue toda una desilusión, pero anuncian que habrá un acto dentro del Museo Diocesano de la Semana Santa de León. Vivir el momento en que todos los tronos se levantan, acompañados de las diferentes formaciones musicales que acompañaron a la Hermandad, los laterales llenos de gente que no paraban de llegar… fue un momento muy muy muy especial que lo recuerdo con un gran cariño y una sonrisa en la cara. 


Terminado el acto toca desmontar y todos aquellos que nos pudimos quedarnos ayudamos a recoger, me extraordinario el trato entre todos, ya que sin saber muy bien cómo hacer las cosas me sentí uno más del grupo. 


Espero con ansia esta nueva Semana Santa, ya que he participado en los actos durante el año y sigo teniendo el mismo sentimiento hacia la Hermandad Sacramental de Santa Marta y la Sagrada Cena.





Cristian Da Silva Barbadaes


miércoles, 5 de marzo de 2025

EL ALMA DE UN INSTANTE




Fotografía: Elena Salas Fernández


(La fotografía como memoria y fe)



En primer lugar quiero agradecer a la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena haber elegido mi fotografía para representar su Semana Santa este año 2025 y también haber organizado el concurso, dando así la oportunidad a muchas personas de mostrar su arte.


Desde pequeña siempre me ha gustado mucho la fotografía, mi padre tiene un montón de álbumes de fotos y videos de cuando mi hermano y yo éramos pequeños, de las vacaciones, escapadas con amigos, rutas por la montaña. Si no fuera por estas cosas hubiese perdido cientos de recuerdos, pero gracias a ellos, cuando los veo, vuelven a la mente y me sacan una sonrisa.


En la adolescencia era ``la pesada de la cámara´´, con ella a las excursiones, a cumpleaños, de fiesta...y sigo viéndolas y me sigo acordando de esos momentos. Cuando a mi abuela la diagnosticaron alzheimer, mi madre y yo le enseñábamos fotos para trabajar la memoria con ella, lugares que había visitado, calles de León, familiares que ya no estaban, ahora por desgracia aunque sigue con nosotros, su memoria se ha quedado en blanco. Todo esto sumado a mi profesión como logopeda y a las personas con las que trabajo con alteraciones en la memoria y en el habla, me animaron mucho más a seguir con la fotografía.


Empecé con la cámara de mi padre, hasta que mi pareja me regaló otra para no depender de la de nadie. Él me ha animado mucho en todo esto, soy una persona muy vergonzosa y en este mundo hay que echarle un poco de morro de vez en cuando, así que le estaré eternamente agradecida porque sin su ``empujón´´ no estaría aquí. He tenido momentos de frustración porque las fotos no salían como quería, no tenía conocimientos de edición, pero con constancia, paciencia y muchas ganas voy consiguiendo mis objetivos, mejorar, pero sobre todo disfrutar de algo que me encanta. Para mí la fotografía es una vía de escape, lo que me ayuda a desconectar del trabajo y de las situaciones que nublan el día a día.


Tengo la suerte de contar con compañeros de afición y amigos que siempre están dispuestos a ayudarme en todo, ante alguna duda que me surja en el momento, la configuración de la cámara, incluso en mitad de procesión, gracias también a todos ellos no pierdo la motivación por seguir creciendo.


Y en cuanto a por qué la fotografía de Semana Santa me gusta tanto, es curioso, pero de lo único que no tengo ninguna foto de pequeña es de papona, como siempre estaba con mi padre, en ese momento no se podía ir con la cámara. Por eso durante esos 10 maravillosos días intento plasmar momentos que todo el mundo pueda recordar.


Ahora que saben un poco más de mí y de esta bonita locura que llevo conmigo, me gustaría explicarles el significado, el por qué de este cartel.


Recuerdo el día 28 de marzo de 2024, Jueves Santo y por cierto, mi 36 cumpleaños. El tiempo no acompañaba y parecía que las procesiones de ese día se suspenderían, así que me acerqué a la Capilla del antiguo Colegio de Huérfanos Ferroviarios, para ver el paso de la Sagrada Cena. Esperaba poder sacar una foto en la calle pero, no pudo ser. Entre todas las fotos que saqué, finalmente elegí esta porque sabía dónde quería centrar la atención, dando la importancia que se merece el Cáliz.

En el momento de la consagración de una eucaristía, se pronuncian las palabras ``Tomad y bebed todos de él´´, para dar paso a la parte culmen de la celebración, como es el de la comunión.

En esta imagen quise ofrecer ese Cáliz a todo el mundo, alejando de la imagen a los otros protagonistas y que no sean sólo los apóstoles los que toman de él, sino todos los participantes de esa eucaristía que se celebra cada Jueves Santo en las calles de León.


Tenemos la enorme fortuna de contar en León con un Cáliz que según estudios realizados, podría tratarse del Cáliz original que presidió esa última cena. En ese tesoro también quise representar a nuestra ciudad, como uno de los muchos que alberga y que mucha gente desconoce.

Ese Cáliz es un elemento dentro de un magnífico paso como es el de la Sagrada Cena, un paso emblemático, no solo para la Hermandad, sino para toda la Semana Santa de León. En él siempre destaca esa comunicación no verbal que materializó Víctor de los Ríos entre los protagonistas y sin embargo yo preferí potenciar más el detalle del Grial.

Esta simplemente es mi interpretación, espero que les guste y que cada uno de

ustedes le den su propio significado.




                                                                  Elena Salas Fernández

martes, 28 de enero de 2025

"EN VERDAD OS DIGO QUE UNO DE VOSOTROS ME HA DE HACER TRAICION”

Fotografía: Elena Salas Fernández

(Recuerdos de un ayer) 

Pepe Muñiz 

Mis recuerdos me llevan al lejano 1950 cuando Don Evaristo Máximo Gómez Barthe me hizo papón de la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena, año de la inauguración del grandioso paso de la Santa Cena, obra del escultor Víctor de los Ríos. El paso fue expuesto por primera vez al público en hall de entrada de aquel bello Instituto General Técnico de la calle Ramón y Cajal de 1917, demolido en la década de los años 1960. Una de las mayores barbaridades cometidas por las autoridades competentes de la época contra el patrimonio artístico de nuestra ciudad, que no es para olvidar. En fin. Pero ¡Cómo pasan los años! ¡Los años vuelan! Y siempre llega la Semana Santa leonesa, semana de los silencios, de los fervores, de los salmos, de los faroles, de las túnicas, de las imágenes, del drama del Calvario, de la Muerte y la Resurrección, de los sermones, de la liberación de presos, de las chapas, de las manolas, de las velas, de la limonada, de los tambores, de la Santa Cena, romance todo de angustia y tradición. 

Llega el Jueves Santo y con las primeras sombras irrumpe la procesión de la Cena, un paso espectacular, el más grandioso de sus cofradías. Tiene León cofradías del siglo XVI, las tiene del siglo XVII, pero esta es más joven de las cuatro más antiguas, agremia a los hosteleros y amigos, bajo la advocación de la Santa hospedera de Betania: Marta, hermana de Lázaro. La Hermandad nació en 1945, casi una niña. Las túnicas son de un blanco crema; rojos de color sangre los capirotes y el fajín; llameantes los cirios. Ha partido a las nueve y ha regresado a las once, ambas horas de la noche. 

La Santa Cena, avanza por las calles, dos toneladas de peso, 18 metros cuadrados tiene la carroza, donde trece figuras se agigantan. Labró el artista 22 metros cúbicos de roble vivo, policromado, en dos años de trabajo. ¡Que tino histórico! ¡Qué estética!. El genio está, en la composición, la maestría, en el retrato. ¿Y la situación y el gesto de, uno por uno de los personajes de aquella hora universal? Sus movimientos, expresión y relaciones. Judas inmediatamente a la izquierda ¿Con treinta monedas en la mano? Todas las figuras de esta admirable talla revelan la sorpresa o el horror que causan en los Apóstoles las anteriores palabras del redentor: “Uno de vosotros me ha de hacer traición esta noche".San Andrés, advierte a San Pedro que el traidor está a su lado; San Bartolomé observa a Judas; San Juan atribulado sólo piensa en morir por su Dios; Santiago el mayor protesta de su inocencia: Santo Tomás, parece preguntarse: ¿Señor uno de nosotros? San Felipe el más joven de los apóstoles, protesta de su afecto; San Mateo parece repetir las palabras de Jesucristo; San Judas Tadeo fue el primero en reproducirlas, y San Simón, no cree lo que se dice. 

Es la sorpresa que en el ánimo de los amigos fieles debía producir el anuncio de la traición. Era preciso dibujar en el rostro el asombro, la indignación, el dolor, la ternura, la lealtad, el candor, todos los sentimientos que en el ánimo de los apóstoles produjeron las palabras de Cristo: "Uno de vosotros me hará traición". Con razón se ha dicho: "Cada uno de los apóstoles representa una de las fases de la humanidad en vísperas de remozar su corazón y su genio". 

Sin duda, el escultor Víctor de los Ríos, en agradecimiento del encargo que la Hermandad le había hecho, esculpió el rostro de Jesús y de los apóstoles, mientras rezaba con las manos. 


Y esta es la escena que el Jueves Santo sale de la Catedral y, en el plenilunio, recorre varias calles de la ciudad, para retornar al mismo lugar. Ya estamos en la noche del Jueves al Viernes, cuando desde el primer canto del gallo hasta las imprecisiones luminosas del clarecer, se irán oyendo los sones de la esquila, el clarín que rompe los silencios, el sonoroso redoble del tambor. Es la llamada a velar. Es la ronda de Hermanos, que convoca a los cofrades para su puesta a punto, para principar la procesión de los "Pasos", una vez que acabó, ya lejana, la procesión de la Santa Cena, de la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena, nacida de estrellas y soles, de aromas y brisas, aquel año no tan lejano. 

Pepe Muñiz


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